La fortaleza más frágil

Mientras observo a mi alrededor, reflexiono y me percato de una tremenda y gigantesca realidad... la vida misma. Surreal, pero más que surreal fuerte, más fuerte que el hierro y alimentada siempre de amor y divinidad, pero siempre expuesta.

La vida es la fortaleza más frágil, dentro de ella nada puede destruirse, pero en un pequeño instante se rompe, se fuga, se va a otra galaxia, se transforma, es más frágil que la brisa, es ligera y hermosa, pero frágil.

Sonrisas, abrazos, lágrimas, caricias, todo pasaba por mi mente, mientras una fortaleza más se rendía ante la vida misma, hermosa, especial, única, una diosa... se despedía de los suyos, y dejaba entrar en su fortaleza a la fragilidad misma, se transformaba en una aurora, se unía al brillo del sol que de ahora en más nos acompañará. Se convertía en el Flash de cada medio día que nos acompañe de ahora en más...

Su voz, sus travesuras brincarán a otro lugar mas luminoso, y de vez en vez al voltear y ver un Flash en el cielo sabremos que es ella, corriendo o asomándose a ver como estamos.

Entonces, ¿en realidad la frágilidad de la vida consiste en su destrucción o su transformación?

No creo que nadie se destruya, no creo que dejes de existir no creo que la frágilidad de la fortaleza de la vida consista en un fin, la frágilidad de la vida es su gran capacidad de mutación, su atracción por conocer nuevos mundos y galaxias. Ayer fue ella, hace meses él, hace años ella, pero siempre es la vida la más grande de las fortalezas rindiendose ante la frágilidad de viajar a otros luminosos y hermosos sitios.

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