Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2010

La fortaleza más frágil

Mientras observo a mi alrededor, reflexiono y me percato de una tremenda y gigantesca realidad... la vida misma. Surreal, pero más que surreal fuerte, más fuerte que el hierro y alimentada siempre de amor y divinidad, pero siempre expuesta. La vida es la fortaleza más frágil, dentro de ella nada puede destruirse, pero en un pequeño instante se rompe, se fuga, se va a otra galaxia, se transforma, es más frágil que la brisa, es ligera y hermosa, pero frágil. Sonrisas, abrazos, lágrimas, caricias, todo pasaba por mi mente, mientras una fortaleza más se rendía ante la vida misma, hermosa, especial, única, una diosa... se despedía de los suyos, y dejaba entrar en su fortaleza a la fragilidad misma, se transformaba en una aurora, se unía al brillo del sol que de ahora en más nos acompañará. Se convertía en el Flash de cada medio día que nos acompañe de ahora en más... Su voz, sus travesuras brincarán a otro lugar mas luminoso, y de vez en vez al voltear y ver un Flash en el cielo sabremos q

Los árboles

Los árboles son fuertes, parecen frágiles frente la impunidad e indiferencia humana. Y es justamente la indiferencia la que los va desgajando por dentro y no precisamente los artefactos del desarrollo. Los árboles son mágicos, son ángeles, nos cuidan, Su misión es proteger, regulan muchas cosas de nuestro planeta, son los más sabios del universo, las estrellas cada noche mientras brillan les cuentan sus problemas para que ellos les aconsejen. Son ángeles que no tienen alas pero tienen muchas ramas que utilizan como brazos para proteger a todo ser que les rodea. Son algunos tan altos que las alas no las necesitan, pues tocan el cielo todo el tiempo. Al atardecer escriben en su diario interno la historia de sus vidas, de la vida misma para que los dioses puedan saber lo que sucede en el mundo, ellos son las guías, el ejemplo de libertad y sabiduría. Son nuestros padres, son nuestros. Cantan, abrazan, bailan, aconsejan, presta atención y los podrás ver en su gran esplendor.